Salida de balón - Fútbol 8

El Calentamiento ( Objetivos )


OBJETIVOS
Ateniéndonos a estudios realizados y según cita el D. Lamb en su libro “Fisiología del Ejercicio”, se ha demostrado que comenzar una actividad física de una forma brusca, conlleva una disminución de la cantidad de sangre al corazón en los primeros momentos de la actividad, riesgo importante sobre todo para personas no acostumbradas al ejercicio.
Por el contrario, si iniciamos la actividad física mediante un calentamiento, conseguimos que todos nuestros sistemas (cardiocirculatorio, respiratorio, muscular, nervioso) comiencen a trabajar de forma progresiva, sin brusquedades, de tal forma que el corazón aumente sus pulsaciones paulatinamente, favoreciendo con ello un buen flujo de sangre al sistema circulatorio, el cual aportará al sistema muscular el suficiente oxigeno y materias nutritivas como para satisfacer la mayor demanda que le es requerida por haber aumentado la actividad. Así mismo, los músculos van a ir aumentando su temperatura favoreciendo con ello la contracción muscular. De igual manera, el sistema nervioso va adaptándose a un posterior esfuerzo, permitiendo al individuo una mejor concentración, disminuyendo su ansiedad, y preparándolo psicológicamente para ese posterior esfuerzo que ha de realizar.

Si no ofrecemos al organismo la posibilidad de que se acomode al esfuerzo intensificado a que va ser sometido, aparte de las posibles lesiones musculares, podría ocurrir que se presente un cansancio insuperable ya desde el principio de los ejercicios preparatorios o del partido.

Todo esto nos lleva a señalar dos objetivos básicos del calentamiento:
— Evitar el riesgo de lesiones. El calentamiento evitará un gran número de lesiones. Un deportista responsable no se olvida nunca de calentar, y lo hace correctamente, invirtiendo el tiempo necesario, sabe que la falta de calentamiento puede arrastrarle alguna lesión que tire por tierra todo su trabajo, junto con muchas ilusiones.
En el efecto físico, ante todo, “ayuda a la prevención de lesiones en relación a desgarros y traumatismos que con frecuencia se producen en los músculos antagonistas (músculos de acción contraria a su músculo agonista, ejemplo: agonista: bíceps, antagonista: tríceps) cuando sus fibras no están calentadas al no responder a la tracción violenta que les es impuesta por los agonistas que se contraen”, Homola.  Morehouse y Miller declaran que los músculos que con más frecuencia se contracturan o desgarran son los antagonistas por falta de calentamiento adecuado y por falta de fuerza. Estos músculos, estando fríos, se contraen de forma lenta e incompleta, retrasando el movimiento y perjudicando la coordinación, que resulta imprecisa.
— Preparar al individuo física, fisiológica y psicológicamente para un posterior esfuerzo. Vamos por partes:

A nivel fisiológico
Vamos a ver los efectos del calentamiento según cada sistema orgánico:
1.- Sistema respiratorio.
En el calentamiento se abren un mayor número de alvéolos pulmonares posibilitando así un mayor aporte de oxigeno a los capilares sanguíneos y una mejor eliminación del anhídrido carbónico.

2.- Sistema cardiovascular.
Varios estudios han sido realizados para evaluar los efectos del ejercicio preliminar sobre la respuesta cardiovascular al ejercicio vigoroso repentino. Los resultados proporcionan un marco fisiológico diferente para justificar el calentamiento que es importante para los implicados en programas de mantenimiento para adultos y rehabilitación cardiaca, además de ocupaciones y deportes que requieren una explosión repentina de ejercicio de alta intensidad.
Aunque es probablemente una práctica prudente realizar un calentamiento antes de un ejercicio vigoroso para todas las personas, es más importante para los que tienen problemas cardíacos que limitan la provisión de oxígeno al corazón. Un ejercicio previo breve probablemente proporciona una presión sanguínea y ajuste hormonal más apropiados al inicio del ejercicio vigoroso subsiguiente. Este calentamiento serviría para dos propósitos: (1) reducir la carga de trabajo cardíaco y así las necesidades de oxígeno del miocardio, y (2) proporcionar un flujo sanguíneo coronario adecuado en el ejercicio repentino de alta intensidad.
El calentamiento aumenta la frecuencia cardiaca (latidos del corazón por minuto) causando una mayor afluencia de sangre por todo el cuerpo. Asimismo se abren mayor número de capilares en los músculos con lo cual se les aporta una mayor cantidad de oxigeno y de otros productos metabólicos necesarios para su buen funcionamiento, y se facilita el transporte y eliminación de otros productos de deshecho que dificultarían el trabajo muscular (ácido láctico).
  • Aumento del riego sanguíneo a los músculos gracias a la vasodilatación.
  • Aumento de la frecuencia cardiaca.
  • Mejora de la absorción de oxígeno por la hemoglobina.
3.- Sistema locomotor (músculos y articulaciones).
a) Sobre los músculos. En el calentamiento, mediante ligeras contracciones y posteriores elongaciones musculares preparamos a los músculos para soportar la intensidad del trabajo a realizar. Un músculo que se ha contraído y estirado varias veces durante el calentamiento se contrae con mayor velocidad, potencia y eficacia que otro no calentado previamente.
Asimismo ayuda a la coordinación neuromuscular preparando al deportista para realizar un gesto técnico específico.
Los músculos estando fríos se contraen de forma lenta e incompleta, retrasando el movimiento y perjudicando la coordinación que resulta imprecisa.
Un músculo no calentado está más expuesto a lesiones como los desgarros o tirones musculares y a las contracturas tan temidas por los deportistas.
  • Reducción de la viscosidad muscular, por lo que mejora la contracción—relajación muscular.
  • Mejora de la elasticidad de los músculos y tendones.
  • Aumento de la temperatura corporal, lo que acelera el metabolismo y permite que el organismo utilice más eficazmente los substratos fundamentales para la producción de la energía que requiere la actividad física intensa. La temperatura interna del músculo aumenta en uno o dos grados, favoreciendo los objetivos de tipo fisiológico que esperábamos (fundamentalmente aumento de la velocidad y fuerza de la contracción muscular).
b) Sobre las articulaciones. Los movimientos articulares realizados progresivamente y sin cargas que los dificulten, acondicionan los ligamentos y las cápsulas articulares preparándoles para posteriores movimientos de mayor velocidad y en los que se haya de soportar mayor resistencia.
El no calentar debidamente las articulaciones provoca con frecuencia distensiones e incluso esguinces que requieren una larga etapa de recuperación.

Si en los momentos que preceden al comienzo de un partido, el jugador realiza carreras y ejercicios gimnásticos, su ritmo respiratorio se incrementa y como consecuencia de ello llegará la sangre una mayor cantidad de oxígeno. Al mismo tiempo, el aumento del ritmo cardiaco aumentará la cantidad de oxígeno que la sangre aporta a los órganos de la locomoción. Y esto es de suma importancia pues mientras mayor sea el suministro de sangre a los músculos de las piernas del futbolista, más fácilmente pueden evitarse daños, distensiones o desgarros musculares como consecuencia de movimientos bruscos, repentinos, rápidos e inesperados.

A nivel nervioso
Morehouse y Rash consideran que una repetición del gesto antes de la competición fija la naturaleza exacta de la tarea inmediata en el sistema de coordinación neuromuscular. El calentamiento prepara mejor al deportista para realizar una determinada habilidad motriz (gesto técnico específico).
  • Facilita la coordinación neuromuscular entre los músculos agonistas y antagonistas.      
  • Facilita la transmisión del impulso nervioso y eleva el umbral de sensibilidad        de los receptores neuromusculares.
  • Disminuye el tiempo de latencia (tiempo transcurrido entre la llegada del estímulo nervioso y la respuesta muscular), lo que mejora la velocidad de reacción.
A nivel psicológico
Psicológicamente el calentamiento ayuda a que el estado de ansiedad del deportista nervioso sea menor, por estar entretenido, o que ese estado de ansiedad sea mayor en el deportista demasiado relajado.
  • Liberación de la angustia precompetitiva.
  • Mejora de las capacidades volitivas: concentración, motivación, autoconfianza, espíritu de sacrificio, etc.
  • Entrenamiento mental: la visualización o evocación de los elementos técnicos y tácticos provocan un aumento del tono de la musculatura implicada en el movimiento
Los competidores de todos los niveles a menudo consideran que alguna actividad previa les prepara mentalmente para su prueba, para que su concentración y «psique» lleguen a centrarse claramente en la actuación inminente. Alguna evidencia apoya la afirmación de que un calentamiento específico relacionado con la misma actividad mejora la destreza y coordinación necesarias. Por consiguiente, los deportes que requieren precisión, coordinación temporal, y movimientos precisos se benefician generalmente de algún tipo de práctica preliminar específica.
También existe la noción de que el ejercicio previo, especialmente antes de un esfuerzo vigoroso, gradualmente prepara la persona para «lanzarse al máximo» sin temer lesiones ¿Empezaría cualquier atleta una competición sin primero participar en alguna forma, intensidad o duración particular de calentamiento? Aunque en la mayoría de los casos la respuesta es un «no» rotundo, sería casi imposible diseñar un experimento con atletas de élite para resolver si el calentamiento es realmente necesario y, de hecho, si mejora el rendimiento subsiguiente.
Por último, el calentamiento también debe buscar, a nivel psicológico, una máxima concentración en el trabajo que se va a realizar, superando los clásicos estados de ansiedad propios de las actividades físicas de competición.

Los efectos sobre el rendimiento
Existe poca evidencia concreta de que el calentamiento de por sí afecta directamente el rendimiento físico subsiguiente. Esto no quiere decir que el calentamiento no es importante para tal propósito. Mejor dicho, sencillamente existe poca justificación de los estudios de laboratorio para apoyar tales prácticas. Sin embargo, a causa del fuerte componente psicológico y beneficios físicos posibles del calentamiento, recomendamos que tales procedimientos deban continuarse sean pasivos (masaje, aplicaciones de calor y diatermia), generales (calisténicos, «jogging»), o específicos (prácticas del movimiento real). Hasta que haya evidencia sustancial que justifique su eliminación, un breve calentamiento es ciertamente una manera cómoda de llegar a un ejercicio más vigoroso. El calentamiento debería ser gradual y suficiente para aumentar la temperatura muscular y corporal sin causar fatiga o reducir los almacenes de energía. Esta consideración es altamente individualizada; un calentamiento adecuado en términos de intensidad y duración para un nadador olímpico agotaría totalmente al nadador recreativo medio. Para cosechar los beneficios posibles de la mayor temperatura corporal, la prueba o actividad misma debería empezar dentro de varios minutos después de terminar el calentamiento. Al calentar, los músculos específicos deberían utilizarse de manera que simulen la actividad anticipada y ocasionen una amplia gama de movimientos articulares. Sin embargo, debería tenerse en cuenta que una persona sana en forma física óptima que ha estado compitiendo regularmente, probablemente no tendría ninguna desventaja, en cuanto al rendimiento, ni es más probable que sufriese una lesión si participase directamente sin algún ejercicio previo.

En resumen:
Sobre una base puramente fisiológica, existen seis mecanismos posibles mediante los cuales el calentamiento debería mejorar el rendimiento debido a aumentos subsiguientes en el flujo sanguíneo y la temperatura muscular e interna:
  1. una velocidad aumentada de contracción y relajación de los músculos;
  2. una mayor eficiencia mecánica a causa de una resistencia viscosa menor dentro de los músculos;
  3. una utilización facilitada del oxígeno por los músculos porque la hemoglobina libera el oxígeno más fácilmente a una temperatura más alta;
  4. el efecto de la temperatura sobre la mioglobina similar al de la hemoglobina;
  5. la transmisión nerviosa y el metabolismo muscular facilitados con las temperaturas más altas; un calentamiento específico puede también facilitar el reclutamiento de las unidades motrices requeridas en la actividad máxima subsiguiente; y
  6. un mayor riego sanguíneo por los tejidos activos al dilatarse el lecho vascular local con las temperaturas musculares más altas.

El Calentamiento (Definición)


DEFINICIÓN
“Todos conocemos la pereza que se experimenta al entrar en movimiento después de un prolongado descanso. Recién levantados de la cama, apenas somos capaces de cerrar una mano, y si intentamos apretar con fuerza, nos sentimos impotentes. La musculatura está «dormida» después del estado de vigilia, nuestro corazón late al mínimo de pulsaciones por minuto, todos nuestros órganos han estado trabajando al mínimo durante el descanso; en consecuencia, difícilmente nos podemos poner en movimiento sin realizar previamente algún tipo de actividad. En un estado general de apatía y desgana, que normalmente sigue al descanso prolongado, difícilmente se puede correr y saltar. Al igual sucede después de un viaje largo, donde nuestros músculos han estado inactivos. Para entrar en movimiento tendríamos que vencer una serie de impedimentos que nos mantienen sin la suficiente tensión muscular. Esto solamente puede conseguirse mediante un calentamiento previo adecuado.» (J. P. Mortensen).
Cuando nos planteamos jugar un partido de baloncesto, correr cinco kilómetros o realizar cualquier esfuerzo físico, debemos poner en marcha nuestro organismo de una forma progresiva. Del mismo modo que cuando nos disponemos a utilizar el coche por la mañana o después de unas horas de inactividad, comenzamos su andadura lentamente dejando que la aguja de la temperatura vaya subiendo lentamente. Nunca debemos comenzar una actividad física de una forma brusca ya que ello sería perjudicial para nuestra “maquinaria”.
El calentamiento constituye la parte inicial, el preludio de toda competición y de todo entrenamiento.

¿Qué es?
Podemos definirlo, como la puesta en marcha del organismo para efectuar un trabajo de mayor intensidad.
O dicho de una manera más desarrollada. El calentamiento es el conjunto de actividades o de ejercicios preliminares, de carácter general primero y luego específico, que se realizan previa a toda actividad física cuya exigencia del esfuerzo sea superior a la normal, con el fin de poner en marcha todos los órganos del deportista y disponerle para un máximo rendimiento.
El calentamiento no es por tanto una serie de ejercicios que se realizan desorganizadamente y de una manera mecánica. Cada persona tiene su punto ideal de calentamiento y éste ha de ser por tanto metódico, severo y calculado en el que hay que concentrarse tanto o más que en la competición.
Realizar algún tipo de actividad física o calentamiento antes de un ejercicio vigoroso está aceptado generalmente como un procedimiento válido por entrenadores, preparadores y atletas a todos los niveles de la competición. La creencia fundamental es que este ejercicio preliminar ayuda al deportista a prepararse fisiológica o psicológicamente para una prueba y puede reducir las posibilidades de sufrir una lesión articular o muscular.
Modernamente, tanto entrenadores como deportistas buscan en la mejor selección de los medios de preparación una mejora del rendimiento. Lógicamente, el calentamiento, factor inicial de toda actividad física, no podía quedarse sin un estudio detallado de las controversias sobre el mismo, de su necesidad, de sus efectos, forma de ejecución, etc., puntos todos ellos que iremos analizando.